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Especial Prevención de Cáncer de Mama:
Todo lo que hay que saber

Por noveno año, Revista Ya en conjunto con Estée Lauder Companies y Clínica Las Condes presentan la Campaña de prevención de cáncer de mama, en el mes mundial de lucha contra esta enfermedad. En las siguientes páginas presentamos diez estrategias para llevar una vida sana y prevenir este mal, además de los nuevos estudios y medicamentos, y los desafíos que vienen para las chilenas.   
 La vanguardia en la lucha contra el cáncerEn medicamentos, terapias y estudios:

El próximo congreso de la European Society for Medical Oncology (ESMO), que se desarrollará esta semana en Milán, Italia, no pudo haber elegido un título más esperanzador para promocionar una de sus conferencias de este año: "Cáncer de mama: en la época de su curación".

En los últimos cinco años, en el mundo entero, se han hecho más descubrimientos, creado más terapias y realizado más estudios que en ninguna otra década anterior, dice la oncóloga Edith Perez, directora del programa de Cáncer de Mama de la Clínica Mayo en Jacksonville, y una de las responsables del descubrimiento del Herceptin, el medicamento que ha permitido a un cuarto de la población de mujeres con cáncer de mama aumentar su esperanza de vida luego de recibir el diagnóstico.

La tendencia en Estados Unidos y en el mundo, apunta la doctora Perez, es poder entregar tratamientos cada vez más individualizados para cada paciente, en el que un equipo multidisciplinario que incorpora estudios genéticos elige qué medicamentos usar y qué no, haciendo avanzadas combinaciones según su tipo de cáncer  y grado de avance.

Sin embargo, todavía quedan varios desafíos, como el estudio del mapa genético detrás del cáncer, por ejemplo. Además de la mutación de los genes BRCA 1 y BRCA 2, que determinan que una mujer tenga altas probabilidades de desarrollar un cáncer y para los cuales ya existen exámenes que los identifican, hay al menos otros cinco que indican predisposición, pero no se chequean rutinariamente. También hay otros tantos desconocidos, cuyo descubrimiento podría ayudar a entender la raíz de la enfermedad en todas esas mujeres de las que hoy poco se sabe sobre el origen de su mal.

L a promesa de los medicamentos

Para el próximo año se espera que ya esté disponible en el mercado la eribulina, una promesa para todas las mujeres que tienen cáncer con metástasis y cuya enfermedad, hasta ahora, no responde exitosamente a ningún tratamiento.

El oncólogo José Miguel Reyes, de la Clínica Las Condes, cuenta que este medicamento, nacido a partir de un alga esponja marina japonesa, hasta ahora se ha probado en mujeres que han fracasado en todas las etapas anteriores de medicación. De ellas, el 12 por ciento ha reaccionado positivamente, aumentando su esperanza de vida. Esta es una cifra más bien baja, dice el especialista. Pero si la eribulina es capaz de hacer ese cambio en mujeres que ya han probado todo, ¿qué pasaría si la droga se usara en mujeres que recién están empezando con su cáncer de mama? "Se esperan cifras muy esperanzadoras", dice el doctor Reyes.

La eribulina es revolucionaria porque actúa sobre las células tumorales que se encuentran en la mama, pero también es capaz de actuar sobre las que están repartidas por el cuerpo, impidiendo la metástasis. Hasta ahora, ningún medicamento había sido capaz de hacer eso. Además, tiene otra ventaja: muestra resultados sobre las todas las variantes de cáncer de mama que hasta ahora han encontrado los investigadores, con un bajo nivel de toxicidad. Las principales beneficiarias de esta nueva terapia serán dos tipos de mujeres enfermas: las que son diagnosticadas tardíamente y las más jóvenes, que desarrollan cánceres tan agresivos que a pesar de ser tratadas a tiempo desarrollan metástasis.

La doctora Edith Perez también adelanta los resultados de otro nuevo tratamiento: el TDM-1, un medicamento que ayudará a mejorar la terapia de las mujeres con cáncer de mama Her2+, un tipo de cáncer que se caracteriza por su rápida expansión.

El TDM-1 es una combinación de Herceptin más maitansina -compuesto obtenido del maitén- que en estos momentos está siendo probado en mujeres con cáncer de mama en etapas tempranas. Y sus resultados han sido muy prometedores, ya que impide que las células malignas se dividan, con un efecto tan específico sobre la célula que no mata otras "buenas" como los glóbulos blancos (algo que sí hacen otras quimioterapias). Por eso es tan efectiva, explica el doctor José Miguel Reyes. Hasta ahora, un 73% de las pacientes
tratadas ha respondido positivamente a su acción y la próxima semana sus resultados se presentarán en el congreso de ESMO, en Italia.

Los inhibidores de PRAP son otra clase de medicamento que se espera para dos años más como agentes paralelos a la quimioterapia, ya que actúan sobre el ADN de las células malignas, impidiendo que éstas se vuelvan a regenerar después del efecto de la quimio, explica el doctor Reyes. Esta terapia será una posible solución para un tipo de cáncer, el triple negativo, que hasta ahora no respondía a ningún medicamento existente y que ataca principalmente a las mujeres jóvenes.

Los nuevos estudios

El National Cancer Institute de Estados Unidos está trabajando a nivel gubernamental con cinco países, entre ellos Chile, en un estudio que busca determinar cuáles son las características moleculares del cáncer que afecta a las mujeres latinas versus los que atacan a las estadounidenses. La preocupación, explica el oncólogo Juan Carlos Acevedo, de la Clínica Las Condes, nació a partir de que la población latina que hoy vive en ese país, aproximadamente un 10 por ciento, expresa la enfermedad de manera muy distinta a la que hasta ahora se ha estudiado en las mujeres blancas. Por ejemplo, en las americanas el cáncer estaría más asociado a factores de herencia genética; no así en las latinas. Y el caso de estas últimas, la enfermedad se presenta de una forma mucho más agresiva, pero hasta ahora no se sabe por qué.

Otro estudio que incorpora a latinas es el que está haciendo el equipo de la doctora Edith Perez, llamado ALTTO, que está estudiando a 8 mil mujeres a nivel mundial que padecen de cáncer en etapa temprana. La idea de este estudio es complementar los resultados de uno realizado en 2005, y que hasta ahora ha permitido individualizar los tratamientos para cada mujer según sus necesidades: su herencia genética y su tipo particular de cáncer. Los primeros resultados se esperan para 2014.

Ampliar la prevenciónEl desafío chileno:

Desde el año 90 hasta 2008, la mortalidad en Chile por cáncer de mama se ha mantenido casi igual: 14 mujeres muertas por cada 100 mil habitantes. Para el oncólogo Juan Carlos Acevedo, esto ya es un éxito, considerando que cada año se diagnostican más casos de cáncer de mama: el especialista calcula que hay unas 5 mil nuevas mujeres enfermas por año.

Varias cosas han cambiado en Chile en los últimos años: se ha reconocido el cáncer de mama como una patología importante por el Ministerio de Salud. Además, hay 43 unidades de la mama en todo Chile, se ha hecho un estudio sistematizado de las pacientes y además se han desarrollado nuevas guías de tratamientos.

"Pero todavía nos queda disminuir las tasas de mortalidad y alcanzar los niveles de países como Estados Unidos e Inglaterra, que en los últimos años han disminuido sus muertes en un 20 por ciento. El gobierno aquí financia sólo una mamografía en la vida después de los 50 años, cuando el chequeo debería ser anual a partir de los 40. Así como los sindicatos pelean para que sus trabajadores tengan un lugar para hacer camping en las vacaciones, deberían luchar porque sus mujeres, sus trabajadoras y sus familiares tuvieran la posibilidad de hacerse una mamografía al año", dice el doctor Acevedo. De las pacientes que él recibe, un 52 por ciento son menores de 50 años.

cáncer de mama: 10 estrategias para prevenirConsejos de alimentación, autocuidado y manejo del estrés:

1 Mantener a raya el sobrepeso

Se ha visto que las mujeres con obesidad tienen un 30 por ciento más de probabilidades de desarrollar un cáncer de mama que aquellas que se mantienen en su peso normal. Esto, porque la grasa que se acumula en el cuerpo estimula la generación de estrógeno, hormona femenina responsable, entre otras cosas, del crecimiento celular mamario. Si hay una sobreproducción de estrógeno, las células mamarias no sólo crecen aceleradamente; también se multiplican sin control, explica la nutrióloga Karin Papapietro, del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.

Por eso, controlar el peso se ha convertido en uno de los factores más importantes para minimizar el riesgo a toda edad, pero especialmente después de la menopausia, cuando las cifras de cáncer comienzan a dispararse. El ginecólogo Mario Pardo, de la Unidad de Mama del Hospital de la Universidad de Chile, lo pone en cifras: el 60 por ciento de los cánceres se produce entre los 50 y los 65 años. Y el 60 por ciento de las mujeres posmenopáusicas, a su vez, se encuentra con sobrepeso.

La gordura más peligrosa es aquella que se acumula en el perímetro de la cintura, la misma responsable del síndrome metabólico, ya que aumenta en dos a tres veces el riesgo de cáncer, advierte el oncólogo mamario Juan Carlos Acevedo, de la Clínica Las Condes. Lo ideal, explican los especialistas, es mantener el Índice de Masa Corporal bajo 30 -hito que marca el paso del sobrepeso a la obesidad- e, idealmente, entre 22 y 23.

Otro mal asociado a la obesidad es la resistencia a la insulina. Es decir, la sobreproducción de esta hormona encargada de que el cuerpo engorde. El oncólogo José Miguel Reyes, de la Clínica Las Condes, está haciendo un estudio que relaciona la insulina con el cáncer de mama, y aunque aún no tiene resultados concluyentes, ya cuenta con las primera cifras: un cuarenta por ciento de las pacientes con cáncer de mama también son insulino-resistentes.

2 210 minutos de ejercicio por semana

Además de llevar una dieta equilibrada, baja en grasas y rica en fibra, la mejor herramienta para controlar la grasa corporal es el ejercicio. El doctor Mario Pardo recuerda un estudio que siguió por varios años a mujeres de campo versus mujeres de ciudad, desde antes que les llegara su primera menstruación: con el tiempo, las de campo, que hacían más labores físicas y se alimentaban mejor, presentaron menores índices de cáncer de mama que las mujeres de ciudad, sedentarias y con mayor ingesta calórica.

La nutrióloga Verónica Álvarez, de la Clínica Las Condes -que expondrá este próximo jueves en el VI Seminario Mujer, Salud y Calidad de Vida- dice que se necesitan tres horas y media de ejercicio a la semana para ver efectos positivos sobre la salud, repartidos en períodos de 30 minutos: desde caminar a paso rápido, pasando por baile o bicicleta, hasta natación.

Disminuir LAS grasas saturadas

Este consejo está en directa relación con el punto número 1. Las grasas saturadas -presentes principalmente en carnes con alto contenido graso, como costillares, interiores, pollos con cuero, cortes de vacuno con grasa a la vista- son las principales promotoras de la obesidad, como también los azúcares, explica la nutrióloga Karin Papapietro. También, advierte, hay que tener presente cómo se consumen estas grasas: se debe evitar comerlas muy quemadas o muy ahumadas: cocinadas así, las grasas favorecen los radicales libres, que son pro-oxidantes, es decir, que estimulan la destrucción celular.

 
3 Aumentar el consumo de alimentos "protectores"

En términos simples, el cáncer es un replicación anormal y descontrolada de las células. Los antioxidantes ayudan a revertir ese proceso, y por eso, consumir alimentos ricos en este elemento puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer. La idea, dice la nutrióloga Verónica Álvarez, es reemplazar dentro de la dieta aquellos alimentos que promueven la obesidad por alimentos "protectores", que junto con controlar el peso también actúan a nivel celular. No es necesario comerlos en cantidades exageradas ni hacerlo desde la infancia para ver resultados; sus propiedades comienzan a verse desde el momento en que se consumen, pero no son "mágicos": protegen, pero una vez que la enfermedad se ha desencadenado, no tienen fuerza suficiente como para curarla

La soya: en el último tiempo se ha vuelto un alimento controversial. La nutrióloga Karin Papapietro explica que puede ser beneficiosa si es consumida por mujeres en edad fértil, pero en las pacientes que ya tiene cáncer de mama estimularía los receptores de estrógeno, por lo que sería contraproducente para la enfermedad.

Los berries: son los alimentos antioxidantes por excelencia, controlando la replicación celular.

Los pescados grasos: el salmón y el jurel, ricos en Omega 3, actúan contra la inflamación de las células.

Las almendras y nueces: también actúan por la vía de la protección de la inflamación.

Los tomates, frutas cítricas y pimiento verde son ricos en flavonoides, que también controlan la reproducción anormal celular.

Los lácteos descremados: son recomendados especialmente en mujeres pre-menopáusicas, ya que el calcio ayuda a atrapar la grasa.

Los alimentos con fibra: tienen una acción similar, al disminuir la absorción de grasa en el organismo, dice la doctora Papapietro.
 
SUMAR A LA DIETA Vitamina D

En este punto no hay consenso total, aunque algunos estudios sugieren una asociación entre el déficit de vitamina D y el desarrollo del cáncer de mama. La vitamina D, en el mundo entero, se ha convertido en un problema, ya que el sol y los lácteos enteros son su principal fuente, y las personas cada vez están tomando menos sol y consumiendo más lácteos descremados. Por eso, los especialistas recomiendan preocuparse del consumo de vitamina D a través de alimentos como los pescados grasos, cereales o la yema de huevo, que desde hace tiempo se desmitificó como fuente peligrosa de colesterol, dice la doctora Karin Papapietro.

6 Disminuir el
consumo de alcohol

Los estudios muestran que consumir sobre 10 gramos diarios de alcohol -más de una copa de vino- podrían aumentar la posibilidad de desarrollar cáncer de mama. El doctor Mario Pardo cita una investigación realizada sobre 184 mil mujeres, que demostró que aquellas que tomaban más de dos copas diarias aumentaban en un tercio su probabilidad de hacer cáncer de mama, y aquellas que tomaban de tres a cuatro copas lo hacían en un 51 por ciento.

El problema del alcohol se debe a que es un agente pro-oxidante, que permite que los elementos carcinógenos entren en la célula y la dañen, explica la nutrióloga Verónica Álvarez. Además, tiene otros dos efectos negativos: aumenta los niveles de estrógeno -responsable de que las células mamarias se descontrolen en su reproducción- e interviene negativamente sobre el metabolismo del ácido fólico (vitamina B9), que actúa sobre el ADN, que a su vez se encarga de que la reproducción celular se realice de manera correcta.

7 Aprender a manejar el estrés

No existe ningún trabajo científico que compruebe que el estrés pueda ser el origen de un cáncer de mama. Pero sí podría intervenir, eventualmente, en el desarrollo de la enfermedad.

El psicooncólogo Gonzalo Rojas-May -quien también expondrá en el Seminario Mujer, Salud y Calidad de Vida- explica que las mujeres que están bajo los efectos del estrés pueden presentar cuadros psicopatológicos que las pueden hacer caer en conductas de riesgo, como el consumo exagerado de alcohol, y así, indirectamente, llevar a enfermarse. Por otra parte, la psicooncóloga Claudia Ferreira, de la Corporación Yo Mujer, agrega que el estrés provoca en el organismo un aumento en la producción de hormonas y neurotransmisores como el cortisol y la adrenalina, que liberados en altas cantidades pueden afectar el buen funcionamiento del sistema autoinmune y bajar las defensas del organismo, tornándolo vulnerable a agentes agresivos.  

Cómo lograr el equilibrio ante una situación de fuerte estrés, según Claudia Ferreira, tiene varias aristas. La primera es buscar grupos de apoyo donde la experiencia de otras personas sirva como referente para salir adelante. La segunda es seguir una terapia de relajación como yoga, reiki o meditación: "Cuando haces relajación, das órdenes mentales y fisiológicas al organismo que promueven el equilibrio mental y orgánico: los órganos vuelven a funcionar en su nivel basal. Se produce la integración mente-cuerpo".

8 Empezar con la mamografía a los 40

En los últimos meses, en Estados Unidos se ha levantado una polémica: ¿a qué edad es mejor iniciar las mamografías: a los 40 o 50? Los expertos de la United States Preventive Services Task Force piensan que a los 50. Antes de esa edad la mama es más densa y más dura, por lo que la sensibilidad de la mamografía es más bien baja y tiene más probabilidades de no pesquisar posibles tumores. Sin embargo, hacerla sobre los 40 ha sido, en Chile, la gran causa de por qué, en los últimos 20 años, el país ha podido mantener a raya la cantidad de mujeres muertas por la enfermedad, a pesar del aumento progresivo en el diagnóstico cada año, explica el oncólogo Juan Carlos Acevedo, de la Clínica Las Condes. Antes, a las mujeres se les pesquisaba el cáncer en la etapa 3 o 4, cuando ya tenían metástasis en. Ahora, se hace en el 1 o 2, cuando tienen altas posibilidades de ser curadas.

9 Construir con el ginecólogo un "mapa de riesgo"

Este punto debería ser una ley entre los ginecólogos, observa el doctor Mario Pardo: apenas una mujer comience con sus chequeos ginecológicos -después de su primera menstruación- ella y su doctor deberían estar regularmente construyendo un mapa de riesgo, que enumere los factores que potencialmente harían de esa mujer una candidata al cáncer de mama: antecedentes familiares, peso, consumo de hormonas, etc. Al hacerlo, se le inculca a la mujer desde temprana edad la noción de que debe autocuidarse.

La doctora Edith Perez, directora del Programa de Cáncer de Mama de la Clínica Mayo, en Estados Unidos, dice que la mayor cantidad de muertes de mujeres por cáncer de mama no tiene que ver con la falta de tratamientos, ni con la ausencia de nuevos descubrimientos y tecnologías. Lo que causa las muertes es el miedo: "El cáncer es parte de la vida y mientras más temprano le pongas atajo, menor será la necesidad de cirugía y de tratamiento médico. Mientras más esperas, peores cosas pasan", advierte. Por eso, cree que la conciencia hoy debe comenzar en las mujeres jóvenes, menores de 30 años. "Es más fácil cambiar la rutina de una mujer joven que de una mujer sobre 40 años. Hay que hacer prevención primaria, en la medida en que el cuidado de la mama ha pasado a los ginecólogos en trabajo conjunto con los patólogos mamarios", agrega el doctor Mario Pardo.

10 Evitar postergar la maternidad

Tener el primer hijo después de los 32 años aumenta el riesgo de tener cáncer de mama, explica el doctor Mario Pardo. "Estudios en ratas jóvenes y vírgenes a las cuales se les inyectó gonadotropina coriónica -hormona que se genera en la gestación- desarrollaron menos cáncer de mama en comparación a las ratas no intervenidas. Esta hormona induciría una maduración precoz y una mayor estabilidad de la célula mamaria y la síntesis de la proteína inhibina, que inhibe la formación de tumores", ejemplifica el doctor Pardo. La célula mamaria tiene varias etapas de crecimiento -que van de la 0 a la 4- y son muy inestables, por lo que pueden degenerarse fácilmente. Cuando las mujeres se embarazan, sus células mamarias avanzan hacia la etapa 4 -la mayor- y luego retroceden a la etapa 3, por eso sería más difícil que reproduzcan un cáncer. Al embarazarse más temprano, las mujeres harían que sus células maduraran antes, y así, disminuirían los riesgos.

Los inciertos avances

Hace un par de meses se anunció la creación de un examen de sangre que permitirá detectar varios cánceres en una etapa muy inicial, mucho antes que cualquier otra técnica de imágenes, como la resonancia magnética nuclear. Esto, gracias a la medición de antígenos -la sustancia que permite al sistema inmunitario reconocer a una célula tumoral- y del cambio del nivel de defensas en el organismo. Estaría disponible a partir del próximo año, y se está trabajando en una versión para el cáncer de mama. Pero, hasta ahora, los resultados no han sido alentadores. Se ha tratado de buscar marcadores que permitan pesquisarlo en la sangre, pero todos han fallado. "Ahora se está intentado también un estudio con la saliva", dice el doctor Acevedo, "pero, hasta ahora, lo único probado y que hace que el cáncer de mama sea curable es que se diagnostique precozmente a través de la mamografía".

Una vacuna para el cáncer de mama: A principios de este año, investigadores de la Universidad de Cleveland anunciaron que estaban trabajando en una vacuna para combatir el cáncer de mama basada en una proteína llamada alfa-lactoalbúmina, propia de las células mamarias normales, que estimularía la destrucción del tumor mamario. Esta idea lleva varios años dando vueltas, dice la doctora Edith Perez. "Creo que sería muy difícil crear una vacuna contra el cáncer de mama, porque éste no se produce por una infección; entonces no podría prevenir el riesgo de desarrollarlo. Lo que sí se puede es encontrar una vacuna para reducir los riesgos de la enfermedad, que se pueda sumar a los beneficios de la quimioterapia y tratamientos con estrógenos".

Publicado el 05/10/2010

Fuente: Revista Ya - El Mercurio